Matisse, uno de los artistas más importantes del siglo pasado, dijo en su día que el dibujo es la concreción del pensamiento, que nada como el dibujo expresa de un modo tan sintético y a la vez tan intenso (quizá lo segundo es fruto de lo primero) ideas o conceptos, con tanta capacidad para ir a la raíz de las cosas, a su esencia. Salvando las enormes distancias, mi aproximación al arte también se hace desde la perspectiva del interés por este medio tan fascinante. El dibujo como expresión de la mente. Pero también el dibujo como herramienta para provocar una sublimación en el observador por múltiples caminos. La capacidad de esta técnica para lograr abstraer la mente de la realidad representada por el color hacia el mundo de los sueños, de los conceptos, no tiene igual, por ello se expresa a mi modo de ver de un modo mucho más directo el debate propuesto por las imágenes.
Imágenes protagonizadas por hombres del pasado enfrentados con sus avances tecnológicos, los medios de transporte, la radio, la fotografía o las propias relaciones humanas como excusa o justificación para el debate. En esta esfera de ensoñación la palabra irrumpe en la obra para aportar una carga conceptual y plantear el asunto, marcar los tiempos, establecer el ámbito desde el que interpretar, otorgando a los objetos la cualidad de conceptos. Y en este terreno las obras pretenden ofrecer determinados estímulos para tener alerta al espectador provocando la reflexión. Siempre jugando con la noción del ser humano como ser creativo, con constantes guiños en torno a su capacidad como creador proponiendo el debate sobre el arte mismo.
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Es muy necesario a mi modo de ver el continuo combate, la contestación en torno al arte, para tener un arte de mayor calidad. Mi principal deseo es acercar el llamado arte de los artistas al contexto de los receptores, tan necesitados de una realidad que es cada vez más un espectáculo que les convierte en destinatarios intelectuales pasivos. Para lograr la deseada interactuación no es necesario solicitar al observador una participación física, que llame la atención la mayoría de las veces a base de incomodar, obligar o imponer, lo cual resulta contraproducente, sino proponiendo estímulos que incentiven la curiosidad por el conocimiento del arte en cada obra, en cada dibujo, y con ello por todo el arte en su conjunto, ya que es de lo que hablan las obras. La irresponsabilidad de un arte que no fomenta nuestro propio conocimiento, la práctica intelectual, es un arte sin sentido, y creo que hay que retomar ciertos puntos de relación entre espectador y creador que se han distanciado en exceso.
Mu rico todo esto Don Alberto.
ResponderEliminarUn saludo enorme y a ver cuando los puedo ver en vivo.
Jare.
Oyes, me han dicho que hay un vídeo del artista en plan mañaneo de Merle pero por Granada. A ver si me lo remites.
ResponderEliminarEl viernes me voy a la SATRAPÍA.
PD: y eso que no quería pero al final...
en la direcció habías olvidado poner lo de bolgspot, pero google me ha ayudado a encontrarlo...
ResponderEliminarmaría
Galán,buen trabajo.yo sigo aqui con la anchura de la arqueta... suerte y al turrón.
ResponderEliminarHola Alberto,
ResponderEliminarEstás hecho un peazo artista, y yo con estos pelos! Muy sugerentes todas las obras. Seguro que "esto no es un encuentro fortuito".
Salud, Juan.
Hola Albertooo, ya sabíamos que dibujas de maravilla, pero además tienes cosas que decir y las dices bien, además tienes sentido del humor y además guapo y además....seguro...jajja
ResponderEliminarMe encantan tus dibujos...un beso..Marina
Soy sepe los nuevos que has puesto, me encantan. ya veo que está siendo productivo.
ResponderEliminarEl otro día ví la exposición de Juan Muñoz que hay ahora en el Reina Sofía, está muy bien, vente a verla antes de que me vuelva al pueblo!!!
Hola, soy la hija de Marina(tu compi de clase), me encantan tus dibujos, espero ir a Granada algún dia y conocernos. Un beso.
ResponderEliminarEnhorabuena, tu trabajo es muy poético y sugerente.
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